Requisitos para la jubilación de empleadas domésticas

La jubilación de empleadas domésticas es un derecho fundamental que permite garantizar una vejez digna a quienes han trabajado en el servicio doméstico formal.

Sin embargo, muchas trabajadoras desconocen los pasos necesarios para acceder a este beneficio, los requisitos de edad, los años de aportes y la documentación requerida.

Aquí encontrarás toda la información que necesitas.

Requisitos para acceder a la jubilación

Para acceder a la jubilación de empleadas domésticas, se deben cumplir dos requisitos básicos:

  • Edad mínima:
    • Mujeres: 60 años.
    • Hombres: 65 años.
  • Aportes registrados: Contar con al menos 30 años de aportes al sistema previsional.

Además, es esencial que el empleador haya registrado formalmente a la trabajadora en la AFIP, realizado los aportes correspondientes y, al finalizar la relación laboral, gestionado la baja del trabajador ante el organismo.

Cuanto es la jubilación mínima de empleada doméstica?

Las empleadas domésticas que cumplan con los requisitos tienen derecho a una jubilación mínima que, a partir de mayo, asciende a $190,141.60.

A este monto se suma una ayuda económica previsional de $70,000 otorgada por ANSES, dirigida tanto a jubilados como a pensionados, incluyendo beneficiarios de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) y las Pensiones No Contributivas (PNC).

Esto garantiza un ingreso total que mejora las condiciones de vida de las trabajadoras en su retiro.

Documentación necesaria para el trámite

El trámite ante ANSES requiere la presentación de diversos formularios y documentos que acrediten los aportes y la relación laboral:

Formularios principales:

  • Formulario PS. 6.293: Certificación del Dador de Trabajo, firmado y certificado por el empleador.
  • Formulario PS. 6.294: Declaración jurada sobre documentación, en caso de no contar con el formulario anterior.
  • Formulario PS. 6.292: Declaración jurada del solicitante sobre cada dador de trabajo.
  • Formulario 558/A: Emitido por el SICAM de AFIP, detalla la deuda correspondiente y la liquidación de horas trabajadas con código D89.

Otros documentos:

  • Boletas de depósito de aportes.
  • Recibos de sueldo.
  • Libreta sanitaria y de trabajo.
  • Constancia de afiliación al sindicato de trabajadoras domésticas.
  • Certificados médicos relacionados con la asistencia en el domicilio laboral.
  • Constancia de inscripción en obra social.
  • Documentos que acrediten el domicilio declarado al obtener el DNI, si coincide con el lugar de trabajo.
  • Constancias de trámites realizados en oficinas públicas o registros que respalden la ocupación declarada.
  • Formularios 102 B y 575 B de AFIP, si corresponden.
  • Registros de ingresos a domicilios laborales en propiedades documentadas.

¿Qué se considera trabajo en casas particulares?

Se incluye toda actividad que se desarrolle en el ámbito doméstico, como:

  • Tareas de limpieza, mantenimiento y cuidado del hogar.
  • Asistencia personal y acompañamiento.
  • Cuidado no terapéutico de personas enfermas o con discapacidad.

Modalidades de prestación:

  • Con retiro: El trabajador realiza sus tareas y regresa a su domicilio al finalizar la jornada.
  • Sin retiro: El trabajador reside en el domicilio donde presta los servicios.

Simplificación del registro por parte de AFIP

En los últimos años, la AFIP ha simplificado el proceso de registro para empleadores, lo que facilita el cumplimiento de las obligaciones legales.

Al registrar a una trabajadora, el empleador debe proporcionar datos como las horas trabajadas, el tipo de tarea realizada y el salario acordado.

Esta formalización no solo es un requisito para acceder a la jubilación, sino también un paso clave para garantizar derechos laborales, como obra social, licencias y cobertura ante accidentes.

La jubilación de empleadas domésticas es un paso importante para reconocer el valor del trabajo en casas particulares, muchas veces invisibilizado.

Cumplir con los requisitos legales, registrar correctamente a las trabajadoras y realizar los aportes correspondientes no solo beneficia a las empleadas, sino que también contribuye a construir una sociedad más equitativa.

Para las trabajadoras, organizar la documentación y conocer sus derechos es fundamental para garantizar un futuro seguro.

En tanto, los empleadores tienen la responsabilidad de formalizar las relaciones laborales y cumplir con las normativas vigentes.

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